NO CREO EN NADA PERO DIGO CIERTAS COSAS.

Parafraseando a Marcel Duchamp, en su manifiesto surrealista, utilizo esta frase a manera de presentación de mi siguiente texto:
Después de estar inmerso los últimos meses en esta nueva o más intensa revolución espiritual en este llamado último ciclo de vida, o 13º Baktum Maya ó la llegada del rayo solar sincronizador ó el fin del mundo en el 2012, ó el fin de la 3ª y 4ª dimensión, ya sea el fin del ciclo Maya, Egipcio ó Musulmán, sea cual fuere la filosofía o religión que hable de un final o Apocalipsis o transformación o como cada quien lo quiera llamar, he llegado a mi propia conclusión:
Mucha gente habla de ser de los elegidos, de que solo aquellos que alcancen cierto nivel de conciencia serán elegidos o que pasaran a una quinta dimensión, se habla de una trascendencia intergaláctica, de salvación, etc. Y sin darnos cuenta vamos creando un dogma tan fuerte y radical como el de cualquier religión o filosofía terrenal. Así que no pienso hacer nada, simplemente "seré". ¿Quien será quien elija? Tal vez, cada uno de nososotros lo haga.
Nos hemos creado una cáscara, una envoltura. El ser que creamos a partir de nuestro nacimiento y que desarrollamos gracias a una educación social o religiosa o bien en base a experiencias vívidas, finalmente es el YO que somos. Uno más creado por una conciencia colectiva.
Si me detengo un instante y me quito esa gran envoltura y me libero de todos los dogmas de conocimiento, de conciencia colectiva, de experiencias, entonces no tendré necesidad de buscar ninguna salvación. ¿Por qué habría que temer a algo, si ya todo está escrito? Si cada cosa tiene su lugar en el espacio y en lo que llamamos tiempo. O si el tiempo en realidad no existe, si no hay nada escrito, si todo es una ilusión. ¿Por qué habríamos de precipitarnos a buscar una salida, una salvación? Tal vez la respuesta está en la no búsqueda, en regresar a lo más esencial que es el "ser".¿Porqué habría que pedir a través de la meditación que se me re-incorpore mi implante neutral o las famosas doce hélices de mi ADN, como se está haciendo saber a través de alguna comunidad cosmológica? ¿Que no dice la física cuántica que las posibilidades son infinitas? En este sentido no existe una "verdad" ya que cada quien tendrá la verdad en si mismo. Si como dice esta ciencia, podemos reconocer y aceptar el Dios que cada uno de nosotros somos, en realidad no habría nada que hacer porque el gran universo seríamos nosotros mismos. ¿Que tal si no hubiera nada fuera y todo estuviera dentro? ¿Que tal si no existiera la muerte, si el universo que somos fuera una vida eterna, si el vehículo que utilizamos para percibir lo llamado vida no fuera sino una escala o niveles de percepción del ser? Si la vida es infinita como la luz, como la música del universo, si todo no es más que una eterna resonancia de tonos que se repiten eternamente a diferentes niveles, (como lo proponen los Mayas), entonces ¿qué habría que temer? ¿Qué habría que buscar?Alguna vez en uno de mis viajes con hongos o peyote dije algo que ahora me parece bastante claro hablando de un nivel de conciencia personal. "Lo se todo y no tengo nada que decir. La creación es un canto hermoso. No hay principio ni fin, todo está en su lugar, todo es perfecto, no hay nada que temer".
Mi conclusión es que, no creo en nada y creo en todo. La verdad es totalmente subjetiva y cierta para quien la porta. Si el universo de las posibilidades existe, entonces aquello en lo que cada quien crea "será", si la materia solo se transforma, entonces se transformará en lo que cada quien pida o piense. Sin duda para mi, somos la creación de un Dios, sin duda somos él, sin duda tenemos la capacidad infinita de crear y destruir. Con este poder podemos en el lapso que nos corresponde vivir, crear dentro de nuestro tiempo físico castillos de amor, felicidad y paz, o de igual forma descender a los infiernos más oscuros que seamos capaces de imaginar.Si cerráramos los ojos un instante y tratáramos de ver, inmediatamente veríamos lo que somos: un destello de luz. Si no existe el tiempo para nuestro ser de luz, ¿que hay que temer? Cuando dejemos este vehículo perecedero llamado cuerpo, nos incorporaremos al todo o a la nada o a lo que cada quien quiera creer. Yo digo, hazte a ti mismo! créate a ti mismo, ve lo que quieras ver, siente lo que quieras sentir, muere y renace, trasciende o retrocede, se espiritual o no, júzgate con tu propia ley y castígate o prémiate como el propio juez que eres, como el propio Dios que eres. Provéete de los poderes que quieras y así será. Por supuesto que serás el elegido y entonces todos los horóscopos: chinos, mayas, solares y todos los oráculos, te dirán lo que tú quieras que te digan (¿que no es así ya?). Al final todos somos de todos, todos somos uno, juntos con este planeta y este universo.
En cuanto a mi. Seguiré mi camino, sigo actuando como aquel comediante que menciona Shakespeare, que se pavonea y es grande durante la hora que dura su papel, pero del que después nadie se acuerda. ¿No somos todos éste comediante, este actor? No me preocupa nada, reiré, claro que reiré y si me alcanza el famoso final, todo estará bien. Y si he acarreado karmas de otras vidas, ni modo; si los he de transmitir a la vida que me sigue, ni modo, aquel que se las arregle como me las estoy arreglando yo ahora. Total, tal vez todo empezó como una broma.
Bueno, me voy a mi clase de REIKI, bye.
Iván Gordillo (Santiago de Chile 2006)